“Somos un sindicalismo sociopolítico y en esta pelea nos jugamos parte de nuestro futuro”.

Este último fin de semana, en el marco del Día Internacional de los Trabajadores se reunieron las centrales sindicales y movimientos sociales de Argentina, Brasil y Paraguay en la Triple Frontera en un acto unitario para reafirmar las señas de identidad e integración sudamericana. El evento se llevó a cabo en Foz do Iguaçu y formaron parte del mismo trabajadores y trabajadoras de los tres países. Además de reafirmar el compromiso de unidad sudamericana, defender los derechos sociolaborales y los recursos naturales, la actividad arrojó un intercambio de análisis y perspectivas particulares a cada región, generando innumerables puntos comunes en cuanto a problemáticas similares sobre las cuales transita la clase trabajadora más allá de las fronteras. Trabajo, mejores condiciones laborales, aumento salarial y mayores prestaciones sociales, marcaron el mensaje central de los trabajadores en medio de una crisis económica que hace crecer, la desocupación y la desigualdad. La pandemia de covid-19 y la contracción financiera que derivó de las medidas para mitigarla afectaron con particular severidad las condiciones de la enorme mayoría de los trabajadores asalariados, no sólo por la pérdida de millones de empleos sino también por el fenómeno inflacionario que actualmente se vive, lo que provoca pérdidas del poder adquisitivo de los salarios. Esto se acentúa en toda la región, siendo la gran preocupación de las organizaciones sindicales. En representación de los trabajadores y trabajadoras argentinos, se hizo presente la CTA-Autónoma nacional. La delegación estuvo encabezada por Adolfo Aguirre, secretario de relaciones internacionales; Jorge “Coqui” Duarte, secretario general de la Central misionera y por nuestro Secretario General, Secretario de Finanzas de la Central y de Industria de la CNTI, Jorge Castro, quién manifestó: “la importancia de participar de estos espacios junto a compañeras y compañeros de Paraguay, Brasil y Argentina, reafirma la posición internacionalista de nuestra CTA-Autónoma, ya que la integración es un factor fundamental para nuestra clase en el combate contra un capitalismo cada vez más voraz que pretende cercenar nuestros derechos”. Tras lo cual agregó: “Se acercan dos desafíos fundamentales para cambiar el signo político en Colombia y Brasil. Las altas posibilidades, como marcan las encuestas, de que Gustavo Petro y nuestro hermano Lula se alcen con las presidencias de Colombia y Brasil, serían un hito en la disputa regional contra la ultraderecha. Somos un sindicalismo sociopolítico y en esta pelea nos jugamos parte de nuestro futuro”. El día anterior al acto del 1 de mayo, se realizó el Seminario Internacional sobre la situación de la clase trabajadora tras el covid-19 “Trabajo, Salud y Vivienda”, en el que disertó Adolfo Aguirre: “Estamos aquí en defensa de nuestros recursos y la integración sudamericana, en una zona de hermandad, en un cruce de fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay, surcados por los ríos Iguazú y Paraná, por la riqueza del Acuífero Guaraní, con una superficie de 2500 km2, que posee la mitad del agua potable del planeta”. Por otra parte, el dirigente destacó que “este acto unitario muestra el compromiso de la clase trabajadora para tener pensamiento y acción sobre temas como soberanía, desarrollo, producción y trabajo digno; también para defender nuestros recursos regionales en defensa de nuestras naciones, en defensa de la región sudamericana y de una integración que imponga la tecnología de la justicia social frente a la tecnología del saqueo que propone el sistema depredador capitalista”. En Brasil las manifestaciones tuvieron un marcado clima político. A solo cinco meses de los comicios presidenciales, el gigante suramericano dividió sus afectos entre el ex líder sindical Luiz Inacio Lula da Silva, que gobernó al país entre 2003 y 2010 y favorito en las encuestas, y el presidente Jair Bolsonaro, quien busca la reelección. Sindicatos realizaron manifestaciones en ciudades como Brasilia (capital), Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Fortaleza, Salvador y Recife, que incluyeron campañas contra la privatización de empresas estatales, sobre todo de la gigante eléctrica Eletrobras, proceso que está en marcha, así como de la petrolera Petrobras.En tanto, en Uruguay, la central unitaria de trabajadores PIT-CNT demandó al gobierno mayor incremento salarial, así como prestaciones y pensiones, al calificar de insuficiente el reciente anuncio oficial. El presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, cuestionó que pese a la recuperación de la economía uruguaya, el salario real está casi 4,5 por ciento por debajo que antes de la pandemia. El acto tuvo como lema “Por la unidad de quienes movemos la rueda” e incluyó llamados a cambiar la política económica y a que el “crecimiento de la desigualdad no se mantenga”. En Ecuador, cientos de trabajadores, organizaciones sindicales y sociales protagonizaron multitudinarias marchas con un llamado al gobierno a mejorar las condiciones laborales. Las marchas se concentraron en Quito y Guayaquil, donde los participantes, portando banderas rojas, emblema del movimiento obrero, gritaban a viva voz “¡Abajo el alto costo de la vida! ¡Abajo las privatizaciones! ¡Viva la lucha de los trabajadores!”. Entre sus demandas plantearon mejoras al sistema de seguridad social, abastecimiento de medicamentos en hospitales, fuentes de empleo y seguridad ciudadana, que significan a su vez los mayores problemas en la nación. En Honduras, trabajadores reclamaron derechos que consideran les siguen siendo vulnerados, mientras en Panamá exigieron que se respete el derecho al trabajo y mejores salarios, durante una marcha liderada por los sindicatos que denunciaron la “falsa democracia” del país. En Cuba, miles de personas volvieron este domingo a plazas y calles. El primer evento masivo de carácter político en dos años fue un desfile, dedicado a los científicos y los médicos cubanos que lograron desarrollar cinco candidatos propios de vacunas contra la Covid-19, tres de los cuales ya se convirtieron en vacunas. El presidente de Bolivia, Luis Arce, lideró una marcha multitudinaria en la ciudad occidental de Oruro, convocada por la Central Obrera Boliviana (COB), en el cual recordó el incremento salarial anunciado recientemente por el gobierno del 3 por ciento al haber básico y del 4 por ciento al salario mínimo nacional. En definitiva, más allá del orgullo que nos genera la figura siempre clara y representativa de nuestro Secretario General, esta vez como embajador argentino en Latinoamérica, la preocupación regional parece ser compartida más allá de lo limítrofe, ante el avance del liberalismo económico en detrimento de los derechos laborales para la clase trabajadora toda. Potencial amenaza que se acrecienta y preocupa a quienes formamos parte del sector de Telecomunicaciones, en donde las reglas no son claras, distantes con la formalidad y en muchísimos casos despareja, desigual y precarizada.

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